Mirar el futuro con la nuca

En los años 50 comenzó a circular entre los refugiados palestinos el rumor de que una de las causas de su miseria era que los judíos, en el Plan de partición de Palestina habían recibido tierras mucho mejores que las de ellos. Estos rumores llegaron a las Naciones Unidas. Inmediatamente fueron enviados expertos que, tras realizar un minucioso examen del suelo, llegaron a la conclusión de que era la misma tierra. La única diferencia era el trabajo de la misma por parte de los judíos. Elaboraron un informe, que también llegó a manos de los estados árabes. Sin embargo, en lugar de aceptarlo, siguieron fomentando el rumor.

A qué viene esta historia?
Israel festejó 61 años de vida independiente. A pesar de las guerras, a pesar del terrorismo, en todos estos años se construyó un país pujante, que se destaca en las ciencias, en tecnología y cultura, con universidades y hospitales que están entre los mejores del mundo, con un sistema democrático único en la región. Cientos de miles de inmigrantes provenientes de todos los rincones del mundo fueron absorbidos e integrados a la sociedad (muchos de ellos provenientes de países que están muy lejos de la cultura occidental) y sus descendientes son ciudadanos orgullosos, no sólo de su país, sino de su herencia cultural.

Entretanto, los refugiados árabes, aquellos a quienes sus mismos dirigentes forzaron a emigrar, siguen viviendo en campamentos, usados y desechados (y muchas veces masacrados) por los gobiernos árabes, enredados en una maraña de mentiras sobre un pasado inexistente como pueblo, sin ser absorbidos por sus propios hermanos y sin que se les permita integrarse a la sociedad. Sentados a la puerta de sus chozas o en los cafés, mastican sus frustraciones, mirando el futuro con la nuca y afirmando (todavía!) “Los judíos recibieron las mejores tierras”.

Por Israel Winicki
isi_winicki@hotmail.com
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