martes, 28 de febrero de 2012

Pobres argentinos

En el cuento corto de Roberto Fontanarrosa "La verdad sobre el transbordador Columbia", Artemio Pablo Sosa es un argentino que trabajaba como auxiliar de electricidad en la NASA y solucionó una falla técnica en la nave espacial que los más calificados ingenieros no podían solucionar.
Y todo lo hizo con 20 cm. de alambre.

Este cuento me pareció muy divertido cuando lo leí, allá por los años '80, cuando cursaba la escuela secundaria.
Hoy, casi 30 años después, lo veo con otros ojos.

Lamentablemente la Argentina sigue igual (o peor) que hace 30 años, y los argentinos siguen sin comprender que los alambres se rompen, y que eso significa una terrible falta de profesionalidad.
La viveza criolla y el ingenio argentino para lo único que sirven es para que nuestros aviones caigan, los trenes choquen, los autos vuelquen y los políticos roben ... en fin, para que el pueblo sufra hambre, frío, no tenga futuro, ni trabajo y muera en accidentes.

Los argentinos siguen creyendo que son los mejores y que viven en el mejor país del mundo ...
Pobres argentinos.

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