sábado, 28 de enero de 2012

Panadero, panadero ...

Cuando tenía 4 años y vivía en la calle Pedro Morán, en Villa Devoto, me habían enseñado que a los panaderos (de la planta "diente de león") había que liberarlos al viento y podías pedirle un pan.
Según mis conocimientos de aquella época, el pedido exacto era así:
"panadero, panadero, traeme un pan", y luego lo soplabas al más allá.

Luego, durante el día, yo miraba al cielo y esperaba ver venir a los panaderos trayéndome un pan colgado de ellos. Al menos uno.
Nunca sucedió, y si bien he pasado por momentos de casi-hambre, debo reconocer que jamás pasé hambre, jamás necesité de aquel pan de mis amigos los panaderos.

Ahora, cuando me encuentro con uno, le pido salud, ya que el pan, quizás lo reclame algún otro niño en algún lugar de Villa Devoto.

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