Buenos Aires, según me dicen, se convirtió en una ciudad peligrosa.
Si bien he vivido en Israel situaciones algo peligrosas, me daría mucho miedo ser policía en Buenos Aires.
Lo trágico es que el estado no les provee de chalecos antibalas, y se lo deben comprar ellos mismos.
En muchos casos reciben chalecos vencidos (poseen vencimiento de unos 5 años), o de otras tallas, lo que reduce su eficacia.
Y ciertamente que los chalecos antibalas son útiles, no es un juego.
Verguenza total.
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1 comentario:
A mí, más que miedo de ser policía argentino, me daría tener que necesistarlos. Ya sábes cómo se las gasta este Cuerpo de corruptos, filonazis e individuos menguados de inteligencia...
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