Agua

En un país como la Argentina, donde el agua dulce sobra, hay miles de personas que no tienen agua ni para beber.

En Israel, donde el agua dulce vale más que el oro y escasea, TODOS tienen agua.
Se requiere explicación.

Gripe A, tuberculosis, o como morir en Baires

Supongo que yo era igual a los actuales argentinos antes de emigrar. Acostumbrados a todas las barbaridades que ocurren en éste bendito país.
La gente se muere (se muere de verdad, cajón, entierro, putrefacción, visita a San Pedro), y estamos todos acostumbrados, como si la vida de esa gente no valiera nada.
Al gobierno le importa menos aún, y de alguna manera ellos decidieron que sus vidas no valieran nada.
Aca la gente se muere de enfermedades increíbles, y no solo de eso, sino de hambre también.

La Policia Federal Argentina y los chalecos

Buenos Aires, según me dicen, se convirtió en una ciudad peligrosa.
Si bien he vivido en Israel situaciones algo peligrosas, me daría mucho miedo ser policía en Buenos Aires.
Lo trágico es que el estado no les provee de chalecos antibalas, y se lo deben comprar ellos mismos.
En muchos casos reciben chalecos vencidos (poseen vencimiento de unos 5 años), o de otras tallas, lo que reduce su eficacia.
Y ciertamente que los chalecos antibalas son útiles, no es un juego.
Verguenza total.

Colectiveros de Buenos Aires

Mi primera experiencia después de varios años de no viajar en colectivo en la Argentina.
Cuando le hice señas para que se detenga, siguió de largo, como si yo no existiera.
Y otro día, mientras cruzo la calle (con luz verde peatonal), un colectivo que dobla, se me tira encima, como si él tuviese que cruzar antes, y encima me mira como si lo hubiese ofendido.

Veredas de Buenos Aires

Juro mil veces que no lo hago a propósito, pero lo primero que veo de la Argentina es lo que comento.
Caminando por las veredas te encontras con que ciertos tramos están destruídos, por días, sin que nadie las repare.
Surge simplemente de la costumbre de ver veredas sanas y la comparación.

Baches y humo

Winga está en la Argentina.
Cuando me llevaban en auto desde Ezeiza, comencé a notar ciertas cosas "raras".
Primero los baches en las calles.
Me di cuenta de que hace años no sentía esos saltos. Las calles están destruídas.
Ya se, es odioso comparar, pero puedo hacerlo por haber vivido en otro país.
La otra, el olor a combustible y aceite quemado de los autos.
En Israel a todos los autos se les exige un test anual, por ello es que no se ven allá autos que despidan humo.