martes, 24 de marzo de 2009

Besando al pan

Cuando era chico, recuerdo que mi mamá besaba al pan viejo antes de tirarlo a la basura.
Yo mucho no comprendía porque lo hacia, de hecho, sí entendía el significado del acto, pero pensaba, para que darle el beso?
Sólo después de muchos años y ya adulto, y siendo un inmigrante de pocos recursos, realmente, no solo que comprendí esa acción, sino que la adopté "de alma", la interioricé, se hizo parte de mí.
He vivido épocas en las cuales sobrevivía con una o dos rodajas de pan al día, y en mejores épocas, en las cuales podía comprar algunos tomates, comía hasta el rabito verde del tomate.
La idea era llenar el estómago lo más posible, sin importar el gusto demasiado.
Aclaro que nunca pase hambre, sino momentos en los cuales "pude evitar el hambre"; y en ello, soy un agradecido a la vida.

Recuerdo un programa en la tele, donde un sobreviviente de los campos de concentración nazis, contaba como la gente a veces desprecia un queso o yogur en el supermercado, debido a que su fecha de vencimiento es "mañana".
Y contaba como él hubiera comido ese queso o yogur aunque estuviese podrido.
Creo que esas situaciones le dan un poco de proporción y perspectiva a nuestros hábitos.
Eso no significa que aún como el verde del tomate, pero si se me cae algo al piso sucio, o lo enjuago o lo como directamente. Despues de todo, las bacterias que podrían subirse a ese pedazo de alimento, son ínfimas e inofensivas.

No recuerdo haber tirado comida en los últimos años, creo que perdí la costumbre, y no es por amarrete o avaro, es solo por lo que la vida quizo enseñarme.

Y si tengo que tirar pan, de pronto me descubro a mi mismo besándolo.

4 comentarios:

Carlos Paredes Leví dijo...

Yo también heredé de mis padres el rito de besar el pan viejo antes de tirarlo, y se me encoge el estómago cuando veo esos estúpidos programas de televisión donde se divierten tirando huevos y tortas de crema.

un saludo.

Anónimo dijo...

La sacralidad del alimento se adquiere con la conciencia, y son el hambre, tenido o por tener.
Yo tampoco entendia las berajas que recitabamos en el colegio antes de comer, eran de memoria...
Ahora entiendo su espitiru.
Y entiendo el kasher en el sacrificio de un animal para que no sufra.
Y entiendo porque no mezclar carne con queso.
Los que siguen estos ritos de manera automata y sin entenderlos, son religiosos ignorantes.
Yo soy ateo consciente y agradecido de la vida.

Winga dijo...

Es un aprendizaje.

ana dijo...

Mi madre era muy religiosa ,mi padre era màs laico.Sin embargo fuè él el que me enseñò a besar el pan.Es la gracia de Dios que da el alimento ,creo que ese es el significado sacro que tiene.